Esta ciudad fue planeada y construida sobre un cerro como fortaleza,
con fosos, altas terrazas y accesos muy restringuidos perfeccionados a lo largo de su existencia. Mantuvo un férreo control
no sólo de su propio espacio sino también de toda la región bajo su dominio.
Por su ubicación, Xochicalco generó una confluencia de relaciones culturales
con algunas porciones del estado de Guerrero que llegan hasta la costa por la depresión del Balsas y hasta el Valle del Estado
de México, al contrario de la parte oriental de Morelos que estuvo estrechamente relacionada con la cuenca de México y Puebla.
La distribución de la población en Xochicalco siguió un orden
jerárquico; en la cima, rodeada de barreras, se encuentra la Acrópolis, área habitacional de los dirigentes y sus familias;
hacia abajo está la Plaza Principal, en una terraza más baja y al sur está la Plaza de la Estela de los Dos Glifos, donde
se ubica la Gran Pirámide. En la siguiente terraza se encuentra uno de los tres juegos de pelota, y en las subsiguientes terrazas
hacia abajo hay una gran cantidad de edificios más pequeños que tenían distintas funciones.