Valle de
Bravo es una hermosa ciudad típica de calles empedradas, casas con techos de dos aguas cubiertos de tejas rojas y aleros
sobre las banquetas que protegen al transeúnte de las frecuentes lluvias a las que debe su rica vegetación de clima templado.
Se encuentra situada a las márgenes del lago Avándaro, lugar de ensueño en tarasco.
En 1432 el rey azteca Axayácatl, conquistó la región que un siglo
más tarde caería a manos de los conquistadores. Es hasta 1530 que el franciscano fray Gregorio Jiménez de Cuenca fundan San
Francisco Temascaltepec del Valle; en 1839 se eleva a la categoría de Villa del Valle y en 1861 recibe su actual
nombre Valle de Bravo. En 1971 alcanza el rango de Ciudad Típica de Valle de Bravo.
El lago se formó por el embalse de la presa Miguel Alemán que data
de 1955 y en sus márgenes se ubican más de 42 clubes náuticos; es ideal para la navegación y para practicar el veleo y esquí. La
fisonomía del poblado es peculiar y revela la influencia michoacana que utiliza profusamente la madera, adobe y ladrillo,
así como los muros blancos, guardapolvos, tejados con aleros, portales y balcones.
Valle de Bravo es el sitio ideal para disfrutar del vuelo en planeadores
y papalotes que usualmente parten de la cima del Cerro de la Cruz, ubicado a 2,500 metros sobre el nivel del mar, así como
para practicar el golf y la equitación. Al noroeste de la población se localiza el promontorio rocalloso "La Peña" donde
hay restos prehispánicos, esculturas de serpientes, pinturas rupestres, y se han encontrado piezas arqueológicas.