El Parque Nacional Cumbres
del Ajusco fue decretado el 23 de septiembre de 1936. Con este decreto se protegían 69,750 hectáreas. Actualmente el Gobierno
de la Ciudad de México estima que se conservan un total de 515 hectáreas de este parque.
La
fauna del Ajusco se encuentra muy afectada debido al deterioro del hábitat, actividades de caza furtiva e introducción de
especies no nativas, como son perros y gatos. Entre las especies que se encuentran están ardillas, conejos, halcones, diferentes
tipos de roedores; entre los cuales se encuentran dos especies endémicas como son Neotomodon alstoni y Romerolagus
diazi y algunas en peligro de extinción como la víbora de cascabel del Ajusco (Crotalus transversus).