Hacia el año 400 E.C. los totonacas iniciaron la construcción de la
ciudad que hoy conocemos como Yohualichan, que en Náhuatl significa la Casa de la Noche, y cuyo nombre original se perdió
con la invasión mexica.
Originalmente Yohualichan dependía de la gran capital del Totonacapan, El Tajín, distante
no más de 60 km. Su estilo arquitectónico, al igual que el de la gran urbe, se caracterizaba por sus cuerpos piramidales
ornamentados a base de nichos.
Asentada sobre una ladera que decrece de sur a norte, diversos edificios fueron levantados sobre explanadas naturales;
así, el juego de pelota ocupa la posición más alta con relación a la plataforma donde se localiza el centro ceremonial, que
conforma un espléndido cuadrángulo compuesto por varias construcciones que dan al conjunto un impresionante aspecto.
Yohualichan
fue dada a conocer por la década de los años veinte. Sin embargo, no fue sino hasta enero de 1978 que el Instituto Nacional de Antropología
e Historia realizó un verdadero trabajo arqueológico que por primera vez reveló la magnitud del sitio, el cual, finalmente,
quedó explorado casi en su totalidad durante la temporada de excavaciones y reconstrucción de 1996.